El verdadero corazón de las disciplinas espirituales es nuestra relación con Dios. A medida que avanzamos en esa relación, aceptando a nuestro Padre celestial y sus caminos, descubrimos que las disciplinas son la manera en que Dios le da significado a nuestra vida.
Nos guía a la verdad Bíblica sobre la supremacía de Dios y sobre nuestra tendencia de imponer otros dioses en su lugar, estos ídolos son muchos mas que el insignificante extraviarse, si no la fuente de todas nuestras actitudes pecaminosas y las malas acciones que siguen.