En una vida de servicio de casi sesenta años, la doctora Ida Scudder encarnó la verdad y la compasión que se hallan en Cristo. Fundó una facultad de medicina y un hospital prestigiosos, proporcionó asistencia sanitaria que salvó la vida de muchos campesinos y dejó un hermoso legado que sigue beneficiando a millones de personas cada año y repartiendo salud y esperanza.